domingo, 22 de febrero de 2009

Acción de la humanidad sobre el suelo

La acción humana creciente sobre el planeta afecta también al suelo, de modo que, en la actualidad el manejo de este subsistema se ha convertido en la clave de su calidad.
Hoy se reconoce que el suelo cumple cinco funciones vitales para el planeta (Manual de Calidad de Suelo, USDA):
Sostener la actividad, diversidad y productividad biológica,
Regular y particionar el agua y flujo de solutos,
Filtrar, drenar, inmovilizar y desintoxicar materiales orgánicos e inorgánicos, incluyendo desechos municipales y de la industria,
Almacenar y posibilitar el ciclo de nutrientes y otros elementos biogeoquímicos y
Brindar apoyo a estructuras socioeconómicas y protección de tesoros arqueológicos
El suelo funciona siempre bajo las mismas leyes naturales; sigue manteniendo su plan de organización interno, reflejando ahora en dicho plan, la intervención humana. Los cambios del ambiente físico-químico producto de la actividad humana (cambio de componentes por vertido de basura, compactación por tránsito vehicular, aumento de la erosión por deforestación, etc.) afectan directamente el hábitat de los organismos edáficos.

Estas modificaciones constituyen intervenciones en el sistema natural y de acuerdo a su calidad (que se hace), escala de efecto espacio-temporal (en que magnitud, abarcando cuanto espacio y por cuanto tiempo) y a la capacidad de retorno al equilibrio del sistema natural, será la nueva organización que se establezca.
Uno de los componentes que refleja rápidamente estas nuevas condiciones de cambio en búsqueda del nuevo equilibrio son los organismos edáficos. Entre ellos mayoritariamente los pequeños artrópodos, habitantes continuos del suelo que se han convertido en buenos bio indicadores de la calidad del suelo y en consecuencia del nivel de intervención antrópica.
Esto nos permite contar con interesantes aplicaciones en el campo de las metodologías de evaluación de los recursos naturales y los impactos a los que se ven sometidos.
Tyrophagus sp., un ácaro común en el polvo doméstico y en productos almacenados. Su abundancia en suelo es indicación de intervención antrópica.
Es decir, entendiendo las propiedades y relaciones existentes ente los distintos componentes de los sistemas edáficos naturales, es posible concebir distintas herramientas que permitan por ejemplo evaluar la calidad de los suelos con la perspectiva de calificar la factibilidad de cierta actividad que se pretende instalar en él. También será posible caracterizar cualitativa y cuantitativamente el impacto producido por intervenciones antrópicas previas.
Estas herramientas de evaluación son sin duda poderosas, pues trabajan con un aspecto extremadamente sensible a los cambios, como lo es la miriada de pequeños organismos que habitan silenciosamente el suelo bajo nuestros pies.

Lucero

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